Dos adolescentes muy distintos se encuentran y desencuentran durante un curso escolar. La película empieza en un invierno nevado y severo, para acabar en las hogueras de San Juan, y las montañas, primero heladas y luego vibrantes de vida, son al mismo tiempo un marco físico espectacular y un marco simbólico para esta historia de crecimiento y aprendizaje, contada con mucha sensibilidad, en la que podríamos prescindir de una subtrama que alarga en demasía el metraje sin aportar gran cosa. André Techiné está en plena forma y dirige de nuevo una película muy personal, si bien la primera parte, llena de emociones subterráneas, es con diferencia la mejor.
Puntuación @cineEnCines: 7/10
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